
Vivimos en una sociedad que asocia estar altamente ocupado con el éxito. A menudo, nos enfrentamos a enormes y arduos listados de tareas por hacer, casi imposible de conseguir y que nos empeñamos por finalizar “a tiempo”. El ser humano es controlador por naturaleza, le gusta dirigir todo aquello que está en su mano –y también lo que no lo está, sintiendo una desagradable sensación de desasosiego frente a todas aquellas cuestiones que se escapan a su alcance. Podríamos decir, de hecho, que la incertidumbre es el peor enemigo del Homo Sapiens Sapiens.
Hábitos que nos hacen perder tiempo
Ponemos todo nuestro esfuerzo por intentar que los acontecimientos que suceden se desenvuelvan tal y como habíamos pensado, mientras que lo normal, es que los resultados no sean los previstos, generando una sensación de tensión e impotencia que nos provoca un tremendo cansancio físico y mental, acabando con nuestra vitalidad y paradójicamente, generando ineficiencias, precisamente lo contrario a lo que queremos conseguir con tanto trasiego.
Más estrés, menos productividad
Un claro y visual ejemplo de lo improductivo que puede resultar el tener prisa lo encontramos en el día a día de nuestra cocina. Cuando calentamos algo en el horno y nos sentimos impacientes, abrimos constantemente la puerta del electrodoméstico para comprobar si se ha hecho o no, aunque realmente sepamos que el tiempo necesario no ha pasado. Lo único que hacemos con esto es ralentizar el proceso porque dejamos que el calor se escape continuamente cada vez que abrimos la puerta del horno. Estos son algunos consejos para optimizar tu tiempo en las tareas del hogar.
El ahínco por querer abarcar todo, hace que nos esforcemos más por hacer las cosas más rápido, lo cual nos agita, nos produce estrés, retiene y cierra nuestra mente con pensamientos innecesarios y nos impide focalizarnos en lo que realmente nos importa, haciéndonos ser ineficientes.
No se trata por otro lado de quedarnos con los brazos cruzados sino de dejar que las cosas fluyan en el transcurso que merecen. El objetivo es, como en muchos aspectos de la vida, encontrar el equilibrio entre el trabajo y la ocupación, realizándolo de manera que realmente nos satisfaga, nos motive y nos permita desarrollarlo con el mayor optimismo y vitalidad, lo que nos permitirá tener mente abierta para ser más intuitivos; solo así alcanzaremos el punto máximo de eficiencia.
Necesitamos actuar con la conciencia plena, dedicando a cada cuestión la atención que se merece, arrojando resultados de calidad. Para ello, es esencial dejar atrás todas esas autoexigencias que considerábamos tener que haber realizado días antes, y olvidarnos del sentimiento de culpabilidad por no haberlas hecho. Mantener el foco en lo que te importa y realizarlo con la pasión que merece es la clave básica para ser más eficientes, y también más felices.
Consejos para optimizar tu tiempo
Te dejamos a continuación algunos técnicas y trucos que puedes adaptar en tus acciones diarias para obtener un mayor rendimiento:
Prioriza
Concéntrate en la sola idea que estás desarrollando en lugar de intentar abarcar un amplio abanico de cosas en un mismo tiempo. Evita distracciones en el desarrollo de una tarea y serás más eficiente.
Simplifica
En lugar de centrarte constantemente en lo que falta por hacer y en eso que no va como esperamos, focaliza tus esfuerzos en aquello que estás haciendo y va bien. Lograrás más haciendo menos. No te preocupes por el futuro que está por llegar, te perderás el presente que está sucediendo.
Se realista. Elabora calendarios permisivos
En tu agenda no te olvides de incluir tiempos para imprevistos; no tendríamos los pies en la tierra si pensamos que no van a suceder y marca en tu calendario ciertos “huecos” para este tipo de ocasiones. Si finalmente no surge ninguno, tendrás más tiempo para dedicarte a otras cuestiones y relajarte.
Evita llegar tarde
Uno de los temas tabú. Llegar tarde no es nada productivo. Cuando llegamos tarde a un lugar sentimos constantemente una sensación de estrés que no nos beneficia, de hecho, nos produce un tremendo agotamiento físico y mental. Perdemos tiempo en justificarnos ante los demás, en atender llamadas, e-mails, y lo peor de todo, en justificarnos ante nosotros mismos por no haberlo hecho a tiempo, asumiendo las consecuencias correspondientes.
Haz las paces con el tiempo
Estamos acostumbrados a utilizar la expresión “gestión del tiempo”, lo que según del punto de vista, podríamos considerar erróneo. Quizás no se trate de gestionar el tiempo; el tiempo del que disponemos cuenta de un gran potencial, la cuestión es cómo saber explotarlo al máximo, sin excesiva prisa, y tal vez con alguna pausa. Estamos acostumbrados a vivir en un mundo con un superávit de información que comúnmente nos abruma. Es positivo aprender a desconectar, restablecer un orden y dejar que nuestra mente descanse. Herramientas como la meditación, pueden ayudarte a conseguirlo.
Mira los 10 trucos básicos que puedes utilizar para ahorrar más tiempo en el hogar.