Un perjuicio para tu salud: las malas posturas

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Podemos definir una mala postura como cualquiera que fuerce nuestro cuerpo a adoptar una posición que resulte incómoda, que aumente la tensión muscular y provoque riesgo de compresión de los nervios de la zona de los hombros y del cuello. La habituación de adoptar unas malas posturas puede resultar muy perjudicial para nuestra salud y es capaz de afectar no solo a nuestro ámbito fisiológico sino también al mental, generando estrés y facilitando la aparición de patologías depresivas. La función de la columbra vertebral es la de proteger a la médula espinal, por lo que algunos traumatismos en esta primera pueden reducir nuestra calidad de vida de una forma drástica.

Las malas posturas pueden acarrear muchos problemas

La adopción de malas posturas es susceptible de darse en todos los momentos de nuestro día: desde no caminar lo suficientemente erguido hasta sentarse de una forma inadecuada en el sofá de casa pueden producir trastornos a largo plazo.

Concretamente, son comunes los problemas en personas que deben acogerse a posturas incómodas por su trabajo, coger peso, agacharse… aunque también lo son en personas que deben permanecer sentadas periodos prolongados de tiempo. De hecho, investigaciones recientes afirman que la postura de estar sentado es la que genera más estrés e impide la adecuada circulación sanguínea.

El tiempo en el que permanecemos en esta posición, los músculos del pecho empujan la columna y hacen que los hombros se abalancen hacia adelante, lo cual provoca que los músculos de la espalda se aflojen y debiliten; esta es la típica postura de jorobado. No nos debe de extrañar que esta sea una de las mayores afecciones que sufrimos puesto que, según estudios recientes el cuerpo humano está sentado entre 8 y 10 horas en todo el día, es decir, alrededor de un 40% del total.

Cuando andamos o estamos sentados solemos adoptar una postura con el cuerpo demasiado agachado, como hemos mencionado antes, o demasiado erguido. Ambas opciones son malas y dificultan la respiración, comprimen los órganos de la digestión provocando molestas y pueden traer consigo problemas de lumbago.

La espalda siempre se resiente con una mala postura

El momento de dormir también se acoge a gran probabilidad de riesgo de tomar una postura inadecuada. ¿Cuántos de nosotros nos hemos despertado con unos dolores de espalda horribles tras una noche dando vueltas en el colchón sin poder conciliar el sueño? Las malas posiciones mientras dormimos no solo pueden ser causa de dolores de espalda sino que también pueden generar trastornos psicológicos.

Una investigación realizada en Pittsburgh reveló que las personas que se recostaban sobre su lado derecho en la cama manifestaban una sensación más agradable tras el sueño que las que lo hacían sobre su izquierdo; un 40,9% se sentía bien frente a un 14,6% del segundo grupo.

Apoya la cara contra la almohada provoca una posición perjudicial si estamos boca arriba puesto que tensa nuestros músculos del cuello demasiado pero también se ha estudiado que genera mal humor al despertar puesto que nuestros movimientos de cara afectan en nuestro estado de ánimo.

Los malos hábitos de posturas pueden generar con el paso del tiempo importantes problemas para la salud  y enfermedades irreversibles para la columna vertebral. Una adecuada habituación es fundamental para evitar estos problemas aunque también es aconsejable visitar a un fisioterapeuta si esta práctica no ha servido para remediar las molestias y si sentimos dolores continuados en la espalda.

¿Cómo pueden las posturas corporales afectar a nuestra vida?

No muchos de nosotros somos conscientes de nuestros malos hábitos en cuanto a posturas corporales se refiere. Muchas veces no nos damos cuenta, y sin quererlo, estamos sobrecargando ciertas zonas de nuestro cuerpo al adoptar una postura que no es la adecuada y que de manera reiterada, puede afectarnos a la salud.

Nuestros malos hábitos corporales dependen, eso sí, de nuestro estilo de vida y nuestro ritmo diario. Por ejemplo, una persona que invierte numerosas horas frente a un ordenador suele olvidar que su espalda no debe arquearse en exceso y que sus rodillas deben quedar paralelas a sus hombros, sin entrecruzarse.

La presión adicional frente a la mesa de trabajo no ayuda, sino que esta presión suele acumularse sobre los hombros y cuello generando a la larga un malestar general  con dolencias agudas en estas zonas.

Ahora bien, ¿cómo pueden estas posturas afectar a nuestra vida más allá del ámbito fisiológico? Como comentábamos antes, la postura corporal está estrechamente relacionada con nuestra forma de ser, de manera que una buena postura puede afectar positivamente a nuestros pensamientos y emociones, mejorando nuestra salud mental; de lo contrario, una inadecuada postura corporal puede enfatizar aspectos negativos de tu personalidad.

Una adecuada postura corporal permite alinear tu forma física con tu estado mental, actuando en concordancia y potenciando  tu confianza en ti mismo. Es cuando nos sentimos mejor, cuando a la vez, nos vemos mejor ante los demás lo que en última instancia, favorece nuestro autoestima.

¿Cómo adoptar la postura corporal correcta?

Tomar conciencia de nuestras posturas corporales puede ayudarnos a atender y entender los mensajes que nuestro cuerpo nos envía, mejorando nuestro estado de salud tanto en el ámbito fisiológico como mental. Al detectar y corregir estas posturas de manera constante, podemos convertir este “trabajo” en un hábito, al igual que en su día convertimos en uno las posturas inadecuadas.

A continuación, algunos consejos para practicar una mejor postura corporal:

  • Cuando estamos sentados, debemos tratar de mantener la columna vertebral recta y no debemos cruzar las piernas
  • Mientras caminamos, debemos mantener el cuerpo erguido, alineado pero siempre relajado
  • La posición de nuestros hombros suele ser, junto con la espalda, uno de nuestros puntos flacos. Intenta mantenerlos alineados, erguidos según una buena posición de la espalda, pero relajados y lo más alejados posibles de tus orejas. Déjalos caer suavemente, esta es su óptima posición.
  • Mientras trabajamos, es necesario también que adoptemos estos hábitos, evitando sobrecargar ciertas zonas de estrés, y por el contrario, intentando “liberar” estos músculos
  • La respiración también es importante puesto que puede ayudarnos a reducir ciertas tensiones. La mecánica respiratoria cambia en función de la postura corporal que adoptemos, por lo que también es aconsejable realizar ejercicios de respiración que nos pueden ayudar en la tarea de mejorar nuestros hábitos posturales.
  • Es aconsejable además realizar ejercicio físico de manera asidua. Recordemos que el ejercicio físico puede ayudarnos también a combatir el envejecimiento, puesto que mejora nuestro estado cognitivo. Actividades como el yoga, funcionan también como medicina preventiva que nos ayudan a mantener nuestro cuerpo y mente en forma.

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